jueves, 30 de enero de 2014

Earthship Biotecture: Nuevos paradigmas arquitectónicos

Las economías y las vías de desarrollo que sustentaron a la sociedad hasta la entrada de la Revolución Industrial condicionaron como modelo sólo el empleo de materiales y energía ya de por sí renovables, no les quedaba otra. En la sociedad actual, la sociedad de consumo requiere y demanda vorazmente productos que por ende suponen un enorme gasto de recursos y la creciente generación de residuos.

Bajo ese espíritu y sensibilidad adquirida supuso el punto de partida en la elaboración y trabajo del arquitecto Michael Reynolds, conocido como “earthships”. Su investigación fue dirigida hacia el reciclaje y aplicación arquitectónica de todos aquellos artículos de desecho que aparecen en nuestra vida cotidiana (botellas, latas de aluminio, neumáticos…).



El concepto de “earthships” consiste en el empleo de todas aquellas bondades que su localización, entorno y clima bien se nos ofrece.

Grandes muros compuestos por neumáticos reutilizados y rellenos de tierra abrigan las estancias, dando por dimensión e identidad de masa gran inercia térmica. 

Las divisiones interiores se configuran bajo tabiques cuyos componentes constructivos son tan sólo mortero de agarre junto a ladrillos, botellas o latas, consiguiendo con elementos sencillos juegos de luces y diseños de gran belleza. 

La fachada se orienta siempre en la búsqueda del mayor soleamiento posible, siendo sin ir más lejos un invernadero en el que poder cultivar tus propios alimentos. 

La preocupación por el agua queda resuelta por grandes aljibes que almacenan el agua pluvial, y la proveniente de baños y cocina reutilizadas para su uso en los propios cultivos. En su diseño y composición espacial facilitan además el paso de corrientes de aire, refrescando en el caso del verano, o almacenando el aire caliente de la fachada y chimeneas solares. 

El grado de confort, la calidez de los espacios, el respeto al medio ambiente, el poco impacto ambiental, la gran integración paisajística, la reutilización, la autoconstrucción, hacen más que viable la existencia de toda una nueva y revolucionaria manera de vivir (más que ecológica y respetuosa con la natura).


jueves, 23 de enero de 2014

El rascacielos más ecológico, TAIPEI 101.

Uno de los edificios más altos del mundo con 508 metros de altura, construido en 1998 supone un ejemplo también de ecología.

Taipei 101 tras ser superado en altura por el Burj Kalifa, decidió convertirse en el edificio más alto y verde del mundo. Siendo el primero en conseguir el certificado LEED-EBOM Platinum (Lider en Eficiencia Energética y Diseño Sostenible).

La estructura del edificio, es capaz de albergar a 12.000 personas, se acerca a la tradición china con su diseño en forma de caña de bambú y estructuras de grupos de ocho pisos (número homófono de "prosperar").  Esta mezcla armónica de la arquitectura tradicional china con elementos típicos de Taiwán es además, capaz de resistir tifones y terremotos. Para ello cuenta con un amortiguador eólico en el piso 89.

Ahorro energético

Se han optimizado las medidas de eficiencia energética para lograr un ahorro del 10% en el uso de electricidad, el consumo de agua y la producción de basura. El consumo de energía de ‘Taipei 101′ es ahora un 30% inferior a la media de edificios, lo que supone un ahorro del coste de energía anual de cerca de 700.000 dólares, lo que suponen 2995 toneladas de CO2 menos a la atmosfera.

La temperatura y climatización se controlan mediante 3400 terminales distribuidas por todo el edificio. Este sistema aprovecha las caídas de temperatura nocturnas para producir hielo, que queda almacenado, nutriendo posteriormente el sistema de refrigeración diurno.

La iluminación también está centralizada, con un sistema de automatización de Siemens, con detección de personas que apaga aire acondicionado e iluminación cuando una habitación esta vacía. 



Este edificio es un claro ejemplo de como la incorporación de medidas de ahorro energético pueden ser aplicadas a cualquier tipo de edificación con beneficios claros y cuantificables.